Bien hallados amigos. Me gustaría hablaros de mi última novela publicada por Editorial DECH. No es la primera obra que pongo en manos de esta versátil editorial, por ella han pasado: Cuando las noches hablaban de jazz , Susurros de tinta y prosa , y El extraño diario de un autor sin obra (que no tiene relación con el título de este blog). Anteriormente publiqué en Editorial CYAN mis dos primeras novelas: Las notas desafinadas y El legado de Zundra , menos extensas pero sin duda intensas. Como os decía una nueva novela ya ha salido a la venta y quisiera compartir con vosotros sus anécdotas, sus inicios y el recorrido que los años han perseguido hasta su publicación. ¿El título…? Perdón se me había olvidado decirlo. La novela que tanta satisfacción literaria me ha dado lleva por título: DESDE EL OCÉANO Ya he comentado en redes que se trata de la primera obra que escribí hace más de veinte años y que se quedó pudorosamente olvidada en el interior de un cajón. Fue la
Aunque no sean muchos, algunos elementos en Desde el océano sí tienen —para bien o para mal— una base real; como Vikingo, el perro de la señora Elisa; o el nombre de ésta última, que fue su dueña cuando la conocí hace ya demasiados años. Lugares emblemáticos, como la librería que describo en un capítulo, donde se halla una curiosa habitación de ofertas repletas de libros viejos hasta la saciedad, también fue real. Y digo fue, porque ya no existe, hace unos pocos años fue derribada. Sin embargo dos de mis lectoras, que tuvieron ocasión de leer el borrador de Desde el océano visitaron sin decírmelo aquel lugar, un año antes de que desapareciera… En un sugerente caos, entre el polvo que acumulan los años, aquella singular estancia tenía una magia especial para los amantes de los libros —y yo diría que incluso para aquellos que no suelen leer—, por lo que mis dos compinches regresaron con un brillo especial en los ojos hablándome de aquella librería, que ya habían visitado en